Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

viernes, 26 de marzo de 2010

.

-No les había contado lo que sentía, la impotencia al levantarme por las mañanas, el miedo al acostarme por las noches, la fragilidad el resto del día. ¿Y qué hacía para mitigarlo? Quedarme dormida en cualquier esquina, para soñar con la muerte y despertarme encharcada de sangre. Pero, ¿qué era todo eso? Sólo sangre, sólo impotencia, miedo, fragilidad. Tan sólo eso. No merecía la pena."

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