Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

jueves, 13 de octubre de 2011

De la importancia de los pequeños detalles.

A mi, a diferencia de vosotros, no me condenaron al hedonismo.De hecho,nunca tuve un pequeño atisbo de él. Las cosas formaban parte de una espiral in crecendo de vértices sin paralelas ni perpendiculares que cortasen en el punto correcto.Sin embargo, conseguimos salir de aquel antro que apestaba a podredumbre y a etileno mezclado a partes iguales con éter.Y ahora nada de eso abunda,sino todo lo contrario,los besos en los coches saben genial,y los hematomas han desaparecido casi por completo. De un tiempo a esta parte no necesitamos respiración asistida,y nadie es capaz de hacernos volar tan alto como nosotros mismos. Y es que la vida era esto,ya ven. Una serie de acontecimientos inconexa pero armoniosamente ligados frente al gris ceniza de los ascensores de los séptimos pisos que están respirando por toda la ciudad. No sé si fueron las hormonas, el semen caliente en mi piel, o vaya a saber usted, pero las lágrimas hicieron que sintiera la tonta necesidad de amarrarme a tu espalda como si fuera lo último que fuera a hacer en la vida. Qué quieres que te diga, te vi ahí arriba,y...me corrí.
[Eisenheim.]

1 comentario:

  1. Precioso texto, no lo conocia y me gusto! jajaja la ultima frase es un poco no se xD
    Nos vemos por mi blog :)
    besooos!

    ResponderEliminar