Y las puertas sin ventanas de este piso sin altura nos miran sin saber qué contarnos, de entre todas las cosas que vivieron en primera persona. Y se saludan unas a otras sin nada que añadir, qué tal, cómo van las cosas, chirrías un poco, qué se le va a hacer. Ya ves,ahora los vecinos son extraños vagabundos que sacan la basura a las seis de la mañana, maúllan a las cinco y media,y estornudan como gatos.Ahora los vecinos tienen caras extrañas que nunca acabamos por reconocer del todo. Y qué te voy a contar que no sepas ya, que no sepas de esta sístola sin diástole, que cuando nos chirrían los ojos también nos chirría el alma, y se detiene,vaya, si es que el alma se detiene al menos tres veces por segundo. Que vosotras los conocéis, nosotros no.
Y al cruzarnos en mitad de las escaleras, se oye un estornudo a modo de saludo.Al meternos en el ascensor, un maullido por respuesta.Y al salir a la calle, un chirrido de despedida.
[Eisenheim.]
Me encanta acha:D, y tú nunca nos abandonas, así me gusta escribiendo a menudo ;)
ResponderEliminar