Para qué mentirnos. Al final, dejaremos que nos lo arrebate. Me cago en la puta. Al final, se esfumarán sin remedio. Dios, me lo vas a arrebatar, y todavía es demasiado pronto. No entiendes que necesitamos algo más de tiempo aquí abajo, que no tienes derecho a llevártelo.
Y si quieres más, no le hagas sufrir. La condición de esta custodia permanente que estoy ofreciéndote es que no te atrevas a joderlo. No te atrevas a profanarlos con tu infernal dolor. Porque eres un hijo de puta, dios.Te dije que nunca volvería a dejarte actuar más, pero todo fue en vano. En vano sabía que tarde o temprano acabarías apareciendo(again). Pero aún no me he rendido. Aún no nos hemos rendido. Ni yo ni ellos, ni nosotros, ni vosotros. Porque rendirse sería facilitarte la tarea, y porque rendirse es la opción más sencilla.
Hijo de puta. Hijo de puta, en todas las expresiones posibles, y con negrita, en subrayado, en cursiva si quieres. Hijo de perra. Y ahora, vuelves para que te recemos, para que tengamos miedo de ti. Olvídate de nosotros, y olvídate de falsas promesas, y de cielos de palabras.
Muere ya de una vez, y deja de matarnos a nosotros. Deja de matarnos nuestra esperanza.
[Eisenheim.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario