Y cuidarás los rosales.

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Volvimos la cabeza y contemplamos el desastre, a tan solo unos milímetros de distancia. Y entonces, recordamos. El corazón late, y la angustia se apodera del pecho poco a poco. Joder, estamos llorando otra vez, y no sabes lo que duele. Nos cagamos en la ostia, y vomitamos palabras inconexas en voz baja, mientras el dolor nos atenaza, nos muerde el frío las manos. Y ahora, justo ahora, observamos el desastre.Ojalá no sintiésemos pena. Súbitamente, pena de nosotros mismos. De haber existido entonces, de haber existido cuando las miradas no se nublaban por miedo a ser reconocidas. Y nos vemos caminando por la calle, llorando en las esquinas, sintiéndonos culpables de todo y de nada, de existir, de aguantar, de descolgar los cuadros de muertos de la pared. Porque todos estamos viudos, y porque todos lloramos a veces sin descaro. Porque seguimos vivos,porque pudieron acabar con nosotros.Porque podría no haberte conocido; sin duda el peor de los pecados. Y porque estamos viendo crecer los rosales del vecino, aquí arriba, a un metro sesenta por encima del suelo.Porque nosotros también tenemos flores que llevar a las tumbas. Porque eran ellos, pero esos éramos nosotros. Aunque parezca mentira, ésos eran los mismos que ahora escriben frente al teclado, y los mismos que pensaban que aquello era un fraude. Ahora,ahora...ahora estamos por encima de ellos, de todos. Estábamos ciegos, y ahora empezamos a vivir. Jodidos, pero radiantes. Ojalá pudiéramos darle a la tecla de "pause", retroceder, descomponernos en pedazos antes del desastre de nuestras vidas.
Por las heridas de guerra que siempre se cierran lenta e inexorablemente.Por los que no tienen la opción de recordar.
[Eisenheim.]
Thanks, my love, for being here.Porque aunque no existías cuando ocurrió el desastre, estuviste.