Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

martes, 27 de diciembre de 2011

No se me dan bien las declaraciones de amor,pero en tu caso...

Hasta que se me sequen las entrañas, me queme el fuego por dentro, me muera de dolor en cada esquina de la madrugada. Hasta que en cualquier conversación oiga tu voz, o hasta que el calor asfixiante de los veranos susurre tu nombre por entre las hojas de los árboles podados en invierno. Hasta que escriba tu nombre en el suelo, en mayúsculas y en negrita, con la sangre que corre por mis venas. Hasta que deje de sonreír al verte venir, triste o alegre, me da igual, si el caso es que (me) vienes. Hasta que se acaben las hamburguesas de todos los restaurantes de comida rápida del país, y tengamos que marcharnos a Moscú en un vuelo de ida y vuelta para dos (me pido ventanilla,si tú quieres,claro). Hasta que se me cansen el sexo y los labios de amarte cada anochecer, si es que nunca es suficientemente bonito para derretirme por completo. Hasta que la bañera rebose algún día de agua hirviendo y nosotros dentro, empapados de todo y de nada, escuchando a cualquier cantautor y cantándote debajo del agua. Hasta que puedas subir las escaleras de caracol de alguna iglesia sin marearte, o incluso hasta que deje de conocer las marcas de mayonesa que utilizas. Hasta que te vayas de este mundo, hasta que dejes de respirar, hasta que algún infame dios te aparte de mi lado,solo en cuerpo, claro. Hasta que te llore tanto que no pueda soportar estar sin ti, y me vaya contigo a algún lugar del trópico, tirados en una hamaca, eternamente nuestros.
Hasta entonces, y después,aunque a veces no se me de bien:
te amo y te amaré por siempre.
[Eisenheim.]

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