Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

viernes, 10 de febrero de 2012

Abstemia.

"Es hora de cambiar", mientras fuera caen los rayos del sol perpendicularmente sobre las cabezas. La chica de los ojos negros recorre la ciudad. Ésa eres tú, pequeña gran potencia, potencialmente peligrosa. Adicta a la autodestrucción, amante del romanticismo. Nunca antes caíste tan bajo. Su cara refleja parte del miedo de sentirse ajena. Se ve a sí misma en el labavo, mientras las convulsiones se vuelven más rápidas y dolorosas. Su corazón bombea con fuerza, vaya. Maldita seas, bastarda. Una y no más. ¿No han sido suficientes las veces que has querido morir? Ésta no será una más de ellas. Por eso, y antes de que la mate, she gives up. Under control. Mira alrededor, y observa la ropa tirada en el suelo. El radiador no calienta suficiente. Las zapatillas de deporte están demasiado sucias. Su pelo demasiado rizado. El suelo demasiado sucio. Expiar las penas, ¿qué será eso? Sonrisa irónica, suelas de zapatos. Leche de burra, vómito de murciélago. Basta.
Habrá que recoger la ropa. Poner una lavadora. Calentar la habitación, barrer el suelo. Ordenarse el pelo, ir a comprar algo. Comenzar a sonreír, y morderse las uñas.
Okey, turn off the light. I want to see you though the sunshine.
[Eisenheim.]

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