Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

lunes, 21 de mayo de 2012

God help us.

No pretendas nada, no muevas ningún músculo. Permanece quieto, escuchando en la más absoluta oscuridad. Siente la rabia por las venas, siente la soledad de un dios que no escucha, que no siente más que miedo, que no padece otra cosa que no sea abatimiento, horror, descomposición. Huele el hedor a podredumbre, y mánchate de sus sangres. Y oye crujir sus huesos, levemente, uno tras otro, y deja que te estallen los oídos el corazón de los valientes, de los que sí dan la cara.
Y esfúmate, querido dios. Eres innecesario en esta vuelta sin retorno. ¿Sigues oyendo las súplicas? Nosotros seguimos rompièndonos las gargantas. Y tú sigues en coma profundo.
[Eisenheim.]

No hay comentarios:

Publicar un comentario