Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

domingo, 17 de junio de 2012

Everybody lies and dies.

Y a veces se adhiere tanto a la espalda que se convierte en una costra salvaje que no deja respirar, que no deja suspirar ni tomar aliento. Pero otras veces esa incontinencia sentimental se vuelve del revés, y podemos ver quién está ahí y quién quizás nunca estuvo. Y lo "de everybody lies" se convierte en una religión para nosotros, porque todos preguntan qué tal va todo, y nosotros decimos que qué se le va a hacer. Pero no estás seguro de que sea del todo así, y compruebas que la gente se muere, que la gente acaba muriendo,que los médicos no son dioses, y que dios nunca quiso ser médico, ni curandero. Y todo lo que aprendimos se vuelve opaco, sin valor, inundado de tristeza sostenida. No se confundan. Estamos bien. Y la lucha se ha convertido en la única palabra que realmente adquiere toda la importancia que debería. Y andamos sobre los charcos, porque estamos por encima de vosotros, el dolor nos eleva, nos mantiene suspendidos como marionetas, movidas por hilos invisibles, los hilos de la lucha, nuestra lucha. Y contamos los casos, que se apilan entre sentimientos empolvados y rutinas médicas. Qué le vamos a hacer, si va a ser cierto al final que el único camino es el se enfrente, sin desvíos, sin miramientos. Pero maldito camino, que está lleno de bombas lapa y de sangre acumulada en las orillas. Maldito puto camino, que es todo esto, que constituye la lucha. Nuestra lucha. Quizás haya algo de verdad en esta ilusión después de todo. Al menos, en la lucha  en la que nos ha tocado combatir.
[Eisenheim.]

1 comentario:

  1. Esa lucha que, sin duda, ganaréis.
    Con qué grandeza y transparencia consigues plasmar todo lo que piensas, te admiro. Un besote y mucho ánimo, tecú.

    ResponderEliminar