Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

domingo, 3 de junio de 2012

Y entonces dime qué harás.



Estoy rota. Demadejada, completamente rota. Me di cuenta ayer. Y no sé por qué hablo en primera persona del singular. Y la ciudad sigue el ritmo de vida, mientras aquí dentro se muere gente que no debería morirse. Y las habitaciones están llenas de esperanza, de dolor y de memoria. Maldita sea, no hacía falta tanto decoro. Estoy herida. Me di cuenta ayer. Y desde entonces no hago más que repetirlo. Las lágrimas me brotan a cada instante, como una mala hierba que no me deja vivir. Estoy moribunda. Y ésta es la resaca de la que te hablé alguna vez. La resaca del silencio, de la noche con insomnio. Tocada y hundida, bien dentro. Me di cuenta ayer. Algo se rajó completamente dentro de mi, y no pude recomponerme. He pasado toda la noche llorando. Me di cuenta ayer. Me di cuenta ayer. Pobre Ariadna, que no conoces el dolor. Maldita bendición la tuya. Me di cuenta ayer. Lloré. Sangré.Quizás también me rompí. Me partí en pequeños trozos, dejando caer el peso del miedo acumulado de veinte años completos.
[Eisenheim.]

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