En este mundo de enlaces externos, carreteras asfaltadas a medias, y penas de muerte que condenan al inocente y al herido. En este mundo de poetas muertos, de cunetas podridas de ideologías, y de rebajas en enero y septiembre. En este estercolero de prisiones con fianza, de aterrados políticos y de televisores con colores que nunca pudimos inventar. En este planeta de viajes interespaciales, de culturas interraciales y de poligamia empedernida, de amor utópico con estrías untado con desesperación no deseada que permanece en un discreto tiempo muerto. En este pedazo de tierra con las etiquetas "consumir preferentemente" y nunca "sin fecha de caducidad" gobernando las almas sin corazones de ancianos en silla de ruedas que imploran clemencia, y algún oído que logre aliviar las penas. En este mundo de alcohol y de sobredosis, de drogas y de velocidad, de cuentas corrientes e hipotecas a cincuenta años, y niños que mueren con la barriga hinchada, preguntándose dónde están sus padres. En este mierda de planeta al que le importa una mierda dios, y se la tiene jurada al diablo, que no come ni deja comer, que no es capaz de mantenerse en pie pero que odia al que intenta sostenerle, porque nunca es suficiente. Aquí, en este jodido mundo sin justicia ni piedad, hecho de contratos a corto plazo que siempre necesitan lupa para leer la tinta de una letra pequeña que no existe, y que firmamos nada más ver la luz del fluorescente de una habitación con ventanas (nunca al mar, para no ilusionar) y la cara de ese médico que nos ha metido la cruda realidad con una puñalada en la espalda, y que congela su sonrisa cuando nos descubre tan débiles, tan sumamente abocados al realismo,y tan lejanos al surrealismo de los escritores y poetas que pretenden ser algo más que un pedazo de carne en manos de infelices como nosotros.
En este pedazo de mundo, de planeta, de agujero negro con patas, por fin, te conocí. Y no sabes el alivio que eso supone, con la que está cayendo.
[Eisenheim.]
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