Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Get up and catch your life.

Y nos dejaron de lado en este arcén de carretera. Siempre dijimos que nosotros éramos diferentes, que teníamos más de muertos que de vivos. Que nos encantaba recrearnos en el dolor salvaje y sin límites, con billete de vuelta pero no ticket de devolución. Siempre quisimos mirar la cara de dios, porque dios era el único que no existía. Y nos gustaban los retos, mientras sentíamos la cocaína en nuestras venas. Ahora llueven millones de recuerdos hacinados en pequeños tarros de formol mezclado-que no agitado-con un poco de inconformismo. Y siempre quisimos volver atrás, despojarnos de las ropas de última temporada y volver a vestir zapatos de plataforma y bufandas de colores ocres. Siempre quisimos dar marcha atrás, y meter primera. O quizás tercera. E impactar con el coche de atrás, rojo sangre, rojo corazón, y rojo granada de artillería. Quisimos dar marcha atrás sin espejos retrovisores, ni sombrero de copa. Y el golpe fue tan tremendo. Y nos volvió tan fastuosamente inestables, tan conscientemente desencajados, que no pudimos volver. Permanecimos allí anclados, incapaces de mirar hacia adelante. Incapaces de quitar el punto muerto y huir de aquel lugar atestado de venas con drogas que nunca debimos haber mezclado. Y la visibilidad se volvió nula. Cerramos los ojos. Y todo era negro-oscuridad, negro de películas de chaplin, de recuerdos a medio gas. Qué más da lo que fue, y lo que nunca pudo volver a ser. Y las agujas del pecho dejaron de agujerearnos,y la pus-melancolía salió al exterior, desencajando huesos. Pero salió.
 Hubo una llama. Quemó arterias. Pero que alguna vena saliera ardiendo hace ya algunos meses no quiere decir(nunca)que la vida no continúe por las demás. Sin pausa. Aunque sin prisa.
[Eisenheim.]

No hay comentarios:

Publicar un comentario