Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

sábado, 14 de marzo de 2015

Vuela, cobarde.


Pero no tan lejos
como para ver el futuro.
Ahorradle este don, poderes celestiales. 
Wislawa Szymborska

Descompuso sus ojos color miel; 
trazó
un horizonte que no
encontró más que
pedazos de una memoria 
destartalada 
en los confines de la consciencia.
Olvidó su nombre, sus cicatrices, incluso
sus venas sabor dulce
que nunca confundieron otros abrazos 
con los míos.
Me miró, como quien se sabe
a punto de entrar en la
trastienda
de lo acontecido,
y sonrió, ingenuo,
como si solo hubiese
sido 
un número aislado 
en una guía
de milenios.
[Eisenheim.]

No hay comentarios:

Publicar un comentario