Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

miércoles, 4 de abril de 2012

Labios rojos.

Y Caperucita pasea por la ciudad. La ciudad, la ciudad plena, ciudad llena de luz, llena de lluvia. Atestada de pasión. Y Caperucita se pregunta dónde estás, qué estarás haciendo ahora. Y puede que esta vez no tenga miedo al cruzar el portal, y se enfrente a la terrible realidad de leopardos y madreselvas. Y puede que esta vez tu amor la salve. Camina por las calles, donde no se oyen más que unas notas lejanas de jazz. En algún lugar. Y Caperucita quiere saltar los charcos, quiere cantar. Caperucita ríe. Y Caperucita mira. Y los lobos se sienten solos alrededor, intentando por todos los medios convencerle de que ellos gobiernan la oscuridad. Y Caperucita corre, ríe, llora, baila. Convéncela tú ahora de que existe la soledad, la melancolía, las ganas de llorar. Ella nunca te creerá.Y Caperucita es vieja, ajada, y tiene ese final que todos esperamos. Ha convertido a un lobo feroz en un ángel del destino. Second chance, todos la merecen. Even the worst (or not).
Y el mundo se detiene. Al fin, los lobos nunca vuelven. Se han convertido al catolicismo, y los restantes murieron de inanición entre las sombras, esperando el momento oportuno, la víctima perfecta. Y Caperucita ríe, gime, canta. Maldita Caperucita, y sus labios pintados de rojo intenso. Maldita Caperucita, que ya no sale en las películas.  Su bastón en la esquina,su preciosa cara surcada de arrugas.
[Eisenheim.]

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