But life has a certian ability of breating new life into me.

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And the question is, was I more alive
then than I am now? I happily have to disagree;
I laugh more often now, i cry more often now,
 but I am more me.

[Objects of my affection, P. Bjorn]

Y volvimos al preciso instante que había ocurrido hacía tantos años, tantas lunas. Volvimos a pensar en aquella mirada melancólica y triste posada en la encimera de la cocina. Volvimos a reconocernos a pesar de la distancia espacio-temporal. Volvimos a retomar las viejas heridas, y dimos una vuelta de campana en la cama, mojando las sábanas de angustia y perdón. Fue la última vez, tan nítida, tan clara y diáfana. Quizás desde entonces no podemos dormir en esta cama. Quizás. Y quizás, ahora que nos rapamos el pelo al nivel cero y conseguimos madurar una vez más; ahora que velamos por aquellos que un día velaron por nosotros, hace tanto tiempo; ahora que julio se nubla y se vuelve opaco; ahora que las manos derechas se encangrenan de rabia e indecisión; ahora que agosto vuelve con su angosto paisaje de tormentas de verano sin pretensión; ahora que los perros de nuestros amigos dejan de ladrarnos, porque saben que tenemos la incapacidad de oír otra cosa que no sea nuestro propio pensamiento; ahora...nos perdonamos, al fin. Después de tantos años, somos capaces de perdonarnos. Llegamos a ese ansiado y temido momento en que debemos dejar marchar eso que tuvimos tan tremendamente aferrado contra nuestras costillas. Es el momento de dejarlo ir, sí, nunca estuvimos tan seguros de encontrarnos en el momento preciso, en el lugar adecuado para dejarlo marchar. Ni cementerios ni tumbas, ni nichos ni peregrinaciones. Nos perdonamos frente a frente, nebulosa compartida, posando de nuevo la mirada en la encimera de la cocina.

[Eisenheim.]