Este maldito país, de nuevo. Qué más da el analgésico que se nos administre, con tal de aliviar algo el dolor de mantenernos a flote. Podríamos recomponernos y afirmar eso de que "estamos orgullosos de", pero el orgullo se esfuma con el tiempo, y con el dolor. Porque la mayor parte del tiempo lo dedicamos a hacer y deshacer grandes maletas, sin querer darnos cuenta de que-quizás- estamos más vacíos por dentro de lo que pensábamos. Las venas demandan más sangre, más trasplantes de órganos, y el sistema linfático se queja de tener tanta mierda acumulada en las arterias. Maldita sea, menuda ilusión. Y el calor de este asfixiante verano nos cercena la piel de cuajo, riéndose de nosotros, y de las sesiones de veneno intravenoso.Malditas obviedades. Y nosotros aquí, echándote de menos, one more time.
[Eisenheim.]
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