Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

El hotel de todos los noviembres.



Y el hotel Alcántara se ríe de mi cada noche.  La cristalera sin cortinas de humo nos vende cigarrillos baratos de pasión, mientras caminamos con prisa y nos ajustamos el abrigo a la piel. Y observamos los platos llenos de aquellas gentes sin consuelo, y nos preguntamos si caminarán por las calles como nosotros. Fantasmas que no se cruzarán con nosotros, porque ellos siguen en sus habitaciones sin soles, sin ropas tiradas por el suelo, sin condones en la mesilla, ni verdades que soltarse a la cara. Sin valores ni remedios, sin perdones ni pintauñas a medio gas. Y el hotel sigue su curso llueva o nieve, sea invierno o verano. Los recepcionistas siguen plastificando su sonrisa cada mañana, y el muerto viviente del bar sigue sirviendo ron añejo en copas de cristal. Y una noche, las cristaleras tenían un tinte distinto. Una noche, las sábanas se pintaron de verde esperanza. Y el hotel Alcántara sonrió por fin, quitándose la máscara de neopreno. El hotel Alcántara se murió de pasión.
Y la noche se hizo en aquel hotel de la esquina en el que tú y yo seguimos fundiendo el amor, sin haber reservado.
[Eisenheim.]

1 comentario:

  1. Soy gran seguidor tuyo, me encataria que me dieras tu opinion si puedes echar un ojo! muchas gracias! =)

    http://lanebulosa8.blogspot.com.es/

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