Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

domingo, 7 de abril de 2013

A veces me imagino con hielo en la mirada.


Y me dejé llevar tanto,

que olvidé lo realmente importante.

Creí que era mejor caminar en aquel desastre,

pensando romperme las venas

-caníbal-, siempre pensando en morderme

para intentar desaparecer, o quizás,

como manera de escapar.

Mientras la cocaína se me metía por las arterias,

por los pupilas,

Cambiando de color,

siempre fingiendo que no miraba,

que no me importaba ver.

Masticando porciones de pasión

unida a asco infinito,

mezcla de cloroformo con alcohol.

Sin pensar en nada más que no fuera en escapar,

pero hundiéndome en el hastío de lo incorrecto.

Me dejé llevar tanto. Hasta que me miré en el espejo,

con la mirada perdida. Y lo entendí.

Olvidé lo realmente importante,

yo. 
Y nunca mi reflejo.
[Eisenheim.]

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