y mi memoria es selectiva.
Me refiero, a mi incapacidad para recordar ciertas cosas,
como si de repente todo se camuflara.
Como si algunos recuerdos se engulleran.
Y me recuerdo volatilizándome,
diciéndome,
-esta y nunca más-,
volviendo al pasado una y otra vez,
recordando viejos fantasmas.
Y tan viejos.
Ahora vagan,
quizás como vago yo,
pero sin sonrisas.
Y me río,
memoria selectiva,
incapacidad artificial.
Porque sí tuve el valor suficiente para dejar de lado el clamor, la insolidaridad de algunos de mis recuerdos. Memorias de verano, de un invierno en el que no me dejaban calentarme sola, sino más bien a base de porrazos. Y quizás la drogaína-sí,drogaína, mezcla de droga y necesidad de convertirme por mí misma en una heroína-se me estuvo metiendo por las venas demasiado tiempo, y ahora todo se vuelve opaco por aquello. Maldita sea, no sabes lo que siento al verme en fotos, y comprobar que sigo sin fundirme. Delgadez ordinaria la mía, pero todavía hermosura. Aceptable.
Y tú me preguntas,
por qué memoria selectiva,
por qué huyes,
por qué escondes.
Y yo sonrío. Y recuerdo,
sin dolor,
sin miedo.
Tu mano,
todo.
Es verdad,
dije,
y las mariposas se me escaparon de la garganta.
[Eisenheim.]
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